AQ Ediciones. Madrid, marzo Rústica tapa blanda editorial. 290 páginas. 21 × 14 cm.
Cita: “Todo está atado y bien atado”. Francisco Franco.
Recopilación.
AQ Ediciones, iniciales de Agustín de Quinto, su propietario. La editorial cerró por suspensión de pagos el mismo mes de la publicación del libro.
Foto de destape en portada comercial, foto de reclamo, que poco tiene que ver con el contenido de los artículos que son mero anecdotario de un día a día, no siempre político o posfranquista.
Libro menor en la obra de Umbral, aunque, —ya se ha dicho— hablar de libros menores en Umbral es imposible. Un total de 71 columnas de la agencia Colpisa que, según el prólogo, recogen los dos primeros meses en la vida española tras la muerte de Francisco Franco. No es así, muchos de los artículos recopilados son anteriores al 20 de noviembre, eso sí, del mes de octubre.
En ese Prólogo —lo mejor del libro— Umbral lo deja claro, «Es el momento de dar la batalla democrática en la vida española… Piedras, cuando menos, sí que tenemos».
Prólogo
Este libro recoge la crónica de los dos meses posteriores a la muerte de Franco, la crónica de los dos primeros meses de postfranquismo, y no de una manera puntual y minuciosa, ni falta que hace, sino dejando pasar entre la anécdota y el comentario, ente la vida y la muerte. Ese viento, esa distinta luz por la que navega el país, luz todavía dudosa, como la del clásico, pero me parece que creciente, o al menos así deseo creerlo.
De la estampa cesárea del entierro a la organización del postfranquismo como grupo político de presión, que los interesados gustan de llamar franquismo directamente. Y entre medias el apunte de cada día, los dos pasos adelante o el paso atrás que da el tiempo (aunque se haya dicho que el tiempo ni vuelve ni tropieza) por encontrarse cumplido. Aires del mundo que, más que clasificados por un comentarista político, he dejado en libertad, como los dejaría un cronista de la vida que pasa. Si yo fuera ese cronista, que a lo mejor lo soy.
Crónicas postfranquistas. Anécdota diaria del postfranquismo, centón de noticias y pertenencias para que quede ahí, espuma de los días, como la de Boiris Vian (pero sin Boris Vian, ay) y el temblor de la inminencia, apretado y disperso de la España que ha vivido sus dos primeros años de dejación, sin chales en los pechos y flojo el cinturón, como la soñara Espronceda. Menos desesperados que el romántico andamos todos, `pero no menos románticos. Lo de “los negros aquilones horrísonos sonar” lo dejaremos en un clamor de amnistía y amnistía. No ha lugar para el optimismo bobo. Hemos pasado como ha dicho Novais con inconcreta corrección, de un Gobierno reaccionario a un Gobierno conservador, pero nada más que eso. Es el momento de dar la batalla democrática en la vida española recordando, según dice mi amigo y compañero Manuel Vicent, que la libertad y la democracia nadie las regala, sino que hay que conquistarlas, a veces muy duramente.
Este libro no es la primera piedra que se arroja a los de la cara adúltera de los de sin rostro, pero tampoco será la última. Piedras, cuando menos, sí que tenemos.
No reeditado.
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