2001

Tres libros, el diario sin fechas y dos de recopilación, el segundo dedicado por entero a escritores, a su pasión, a la literatura.

Fondo de Cultura Económica de España y Ediciones de la Universidad de Alcalá de Henares. Madrid y Alcalá de Henares, abril Biblioteca Premios Cervantes. Tapa dura con sobrecubierta. 178 páginas. 22 × 14 cm.

Cita. Porque el decir me importa más que yo. F.U.

Recopilación.

 

En 1994 Umbral publicó Mis placeres y mis días, en donde recopilaba artículos en el diario “El Mundo” de ese año.

Este libro, con Nota Preliminar y selección de Francisco Gómez-Porro, son setenta y cinco artículos agrupados en seis bloques publicados también en “El Mundo” en el 2000, año en el que Umbral recibe el Cervantes, Año de Umbral. Una antología, un «racimo lírico», dice Gómez-Porro. El libro pretende un homenaje al escritor, pero ni siquiera se esforzaron en el título, similar al de 1994 e idéntico al de sus columnas en “El Mundo”, también al libro de Baudelaire, una osadía.

El primer artículo del segundo bloque “Glosa y Vida” se titula “La novela” y comienza así,

La movida sobre la novela que ha montado este periódico, para poner los libros al alcance de todo el mundo, nos manifiesta, en su escrutinio, que el preferido sigue siendo don Pío Baroja, de lo cual se sigue que el público no compra estilo, sino historias. El otro día elogiaba Garci, en cine, que viene a ser lo mismo, la importancia del cómo sobre el qué, de las formas sobre los asuntos. Pero los devoradores de historias ni piensan en el cómo.

El hombre es antropólogo de historias y leyendas desde las edades orales, tanto el individuo como la tribu. Pero las historias no han sido sino la suplencia de un vacío, el remedio de una ignorancia. Ek mundo se aplica por los sucedidos hasta que aparece la ciencia. Y he aquí que los sucedidos y los inventados, perdida su misión científica, se quedan en estética, como todo, y sobreviven como arte. Las cosas se vuelven mágicas, según Marcel Duchamp, cuando pierden su utilidad. Baroja es glorioso por innecesario, como su seguidor Cela, que tampoco pretende resolver nada con sus libros, sino dar salida formal a todos los torrentes de belleza que le llenan de una luminosa angina de pecho.

García Márquez, Borges, Rulfo, Vargas Llosa, Fuentes, Carpentier, Cortázar, Lezama Lima, etc., son otras tantas arrobas de español y de sueño, de belleza y testimonio. La literatura, que primero explicaba el mundo, ahora se limita a testimoniarlo. Hemos perdido en eficacia lo que hemos ganado en perfección, hallazgo o gracia. Los lectores, sobre todo.

 

No reeditado.


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