1971

Año en blanco, el libro sobre La Faraona es poca cosa, había que asimilar la resaca de El Giocondo.

Dopesa, Barcelona Colección “Nuestros Contemporáneos”. Rústica sin solapas. 98 páginas. 20 × 17 cm. Incluye fotografías.

Cita: Torbellino de colores. / No hay en el mundo una flor / que el viento mueva mejor / que se mueve Lola Flores. Don José María Pemán.

Biografía atípica.

 

«Ella que siempre reía / y presumía / de que partía / los corazones» …

Dopesa, de Sebastián Auger, publicó unos libros en la colección “Nuestros Contemporáneos” en donde periodistas hacían perfiles biográficos de nombres populares: Josep Meliá con Joan Miró; Manuel Leguineche con Raphael; Tico Medina con Cayetana de Alba; García Candau con Manuel Santana y así.

A Francisco Umbral, clásico del momento, le tocó Lola Flores, o quizás él la eligió. La Faraona era un personaje peculiar y querido, había solicitado un marquesado a Franco y en algún programa de televisión fue planchadora de camisas almidonadas. Lola Flores se convirtió en una referencia de Umbral que tendría protagonismo en libros posteriores, Museo nacional del mal gusto, Las españolas, Mis mujeres, y otros. Existe en Youtube una entrevista surrealista de Lola Flores a Umbral en el programa de Antena 3 “Sabor a Lolas” de 1991 digna de ver.

Lola «no ha hecho otra cosa que repetir siempre su Lerele en todo lo que ha realizado, del mismo modo que hay escritores que escriben siempre el mismo libro. Eso es un síntoma de genialidad, de personalidad. La raza del Lerele, la raza de los Lerele es una raza muy española».

El libro, cargado de fotografías, incluye, en sus últimas páginas, una entrevista de Ángel Casas a Lola Flores, también una polémica protagonizada por la artista consecuencia de un partido de fútbol benéfico en el que capitaneaba al equipo de «Las Folklóricas» que, con la camiseta del Betis, se enfrentó al de «Las Finolis» en el campo del Rayo, el equipo de Umbral pues, «nunca ha sentido uno, con bastantes años de vallisoletanismo, el zarpazo violeta y blanco de la camiseta local», dijo en una columna un Umbral que nunca fue futbolero.

“La pluma afilada de Francisco Umbral repasa, en su «Sociología de la Petenera» las motivaciones de uno de los más glosados mitos nacionales: Lola Flores o Lola Nacional, como ustedes quieran. La aguda aportación de Umbral constituye una síntesis admirable y polémica de la vida de una artista que ha encarnado —y sigue todavía haciéndolo de manera admirable— a la España de la pandereta y el lerelele. Al Folklore andaluz-hispano-universal de lentejuelas, guitarra y vino fino.”

 

EN AMÉRICA han llegado a pagarle mil dólares por diez minutos de actuación ante las cámaras de televisión. Es la estrella española que más ha cobrado en el mundo. La cita en verso de Pemán, que abre estas páginas, parece ser, por ahora, la mejor definición de Lola Flores, y todos cuantos han escrito de esta artista —periodistas, gacetilleros, biógrafos— recurren a ella. Lola Flores ha siso requebrada por santificados valores tradicionales de nuestras letras —Pemán, García Sanchiz— y efigiada por pintores de nombres tan dispares como Jean Negulesco y Martínez de León. “Torbellino de colores”, la llama don José María Pemán, su casi paisano. “Lola Torbellino” se ha dicho de ella, abundando en esto. No hay en el mundo una flor / que el viento mueva mejor / que se mueve Lola Flores. Pese a la apariencia de facilidad, de ligereza, que puedan dar estos versos, hay en ellos un prurito de exactitud. Pemán dice que no hay ninguna flor que se mueva mejor que Lola Flores. Habla de “moverse”, no de bailar. Ella, la propia Lola, decía no hace mucho tiempo, en la televisión, que hay algo más importante que cantar o bailar, y es la personalidad. Sin decirlo estaba defendiendo su causa. Lola Flores no está en la antología de las grandes bailaoras, no está en la antología de las grandes cantaoras. Es devota de Carmen Amaya —a quien quiso levantar un monumento por suscripción popular— y de La Paquera, mas ella no baila como Amaya ni canta como la Paquera. ¿Qué es lo suyo entonces? Lo suyo es justamente eso que dijo Pemán (y que asimismo es la virtud del propio Pemán, en literatura): moverse.

 

Última reedición. Zut Ediciones, Málaga, junio 2022.


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Ir al contenido